Un Legado Forjado en la Tierra de Peñafiel
En el corazón de la Ribera del Duero, en la ladera que domina el imponente Castillo de Peñafiel, se alza Pago de Carraovejas. No es solo una bodega, sino un testimonio de la dedicación y el respeto por la tierra. Su historia comienza en la década de 1980, cuando José María Ruiz Benito, impulsado por su amor al vino y a su tierra natal, decide recuperar un viñedo familiar abandonado. Lo que comenzó como un sueño personal se ha convertido en un referente de la viticultura española, un lugar donde la tradición se fusiona con la innovación para crear vinos de excepcional calidad.
El Terroir: Alma y Corazón del Vino
El terroir de Pago de Carraovejas es único e irrepetible. Sus viñedos se extienden por laderas con suelos arcillo-calcáreos, ideales para el cultivo de la Tempranillo , la variedad reina de la Ribera del Duero. El clima continental, con inviernos fríos y veranos cálidos y secos, contribuye a la maduración óptima de las uvas. La altitud, entre 850 y 950 metros sobre el nivel del mar, proporciona una amplitud térmica que favorece la concentración de aromas y sabores en los frutos. La influencia del río Duero, que serpentea a los pies de la bodega, aporta frescura y complejidad al vino. Es la combinación de todos estos factores la que confiere a los vinos de Pago de Carraovejas su carácter distintivo y su elegancia inconfundible.
Elaboración: Un Arte entre la Tradición y la Innovación
La elaboración del vino en Pago de Carraovejas es un proceso meticuloso que combina técnicas tradicionales con las últimas innovaciones. La vendimia se realiza de forma manual, seleccionando cuidadosamente los mejores racimos. La fermentación se lleva a cabo en depósitos de acero inoxidable y en tinas de madera, controlando rigurosamente la temperatura para preservar los aromas y sabores de la uva. La crianza se realiza en barricas de roble francés y americano, donde el vino evoluciona y adquiere complejidad. El tiempo de crianza varía según la añada y el tipo de vino, pudiendo oscilar entre 12 y 30 meses. En cada etapa del proceso, se presta especial atención al detalle, buscando la máxima expresión del terroir y la personalidad única de cada vino. La bodega ha apostado fuertemente por la viticultura biodinámica , respetando los ciclos naturales y minimizando el impacto en el medio ambiente.
Pago de Carraovejas Cuesta de las Liebres: Un Icono de la Ribera del Duero
Entre los vinos emblemáticos de Pago de Carraovejas destaca Cuesta de las Liebres, un vino de parcela elaborado con uvas procedentes de una selección de viñas viejas situadas en la ladera más alta de la finca. Es un vino complejo y elegante, con una intensa capa de color rojo picota. En nariz, despliega aromas de frutas negras maduras, especias, regaliz y notas tostadas procedentes de la crianza en barrica. En boca, es potente y estructurado, con taninos finos y sedosos. Su final es largo y persistente, dejando un recuerdo imborrable. Cuesta de las Liebres es un vino de guarda, capaz de evolucionar favorablemente en botella durante muchos años.
Notas de Cata: Un Despliegue de Sensaciones
Al degustar un Pago de Carraovejas, uno se sumerge en un torbellino de sensaciones. La vista se deleita con su color rojo cereza intenso, brillante y profundo. En la nariz , se despliegan aromas de frutas rojas y negras maduras, notas especiadas, toques de vainilla y recuerdos de madera noble. En la boca , el vino se muestra equilibrado, con una acidez refrescante, taninos elegantes y un final largo y persistente. Es un vino con cuerpo, pero a la vez sedoso y agradable de beber. Cada sorbo es una invitación a descubrir nuevos matices y sensaciones.
Maridajes: Un Viaje Culinario Armonioso
Los vinos de Pago de Carraovejas maridan a la perfección con una amplia variedad de platos. Su estructura y complejidad los convierten en compañeros ideales para carnes rojas a la parrilla o al horno, como el lechazo asado , plato estrella de la gastronomía castellana. También armonizan con guisos de caza, como el jabalí estofado, y con quesos curados de oveja. Para el Pago de Carraovejas Cuesta de las Liebres, se recomiendan platos más elaborados, como un solomillo Wellington o un steak tartar. La versatilidad de estos vinos permite disfrutar de ellos en diferentes ocasiones, desde una comida familiar hasta una cena romántica.
Temperatura de Servicio: El Secreto para Disfrutar al Máximo
La temperatura de servicio es un factor clave para apreciar plenamente las cualidades de un vino. Para los vinos de Pago de Carraovejas, se recomienda una temperatura de entre 16 y 18 grados Celsius. A esta temperatura, el vino despliega sus aromas y sabores de forma óptima, sin resultar ni demasiado frío ni demasiado caliente. Es importante evitar enfriar demasiado el vino, ya que esto puede enmascarar sus aromas y sabores. Para enfriar el vino, se puede utilizar una cubitera con agua y hielo, o un enfriador de botellas. También es recomendable decantar el vino antes de servirlo, especialmente si se trata de un vino de guarda, para airearlo y permitir que se abran sus aromas.
Una Experiencia Inolvidable en el Corazón de la Ribera del Duero
Visitar Pago de Carraovejas es una experiencia que va más allá de la simple degustación de vinos. Es un viaje a través de la historia, la cultura y la pasión por la viticultura. La bodega ofrece visitas guiadas en las que se puede conocer de cerca el proceso de elaboración del vino, desde la viña hasta la botella. También se pueden realizar catas comentadas, dirigidas por expertos enólogos, en las que se descubren los secretos de los vinos de Pago de Carraovejas. La bodega cuenta con un restaurante con vistas panorámicas al viñedo, donde se puede disfrutar de una cocina de autor elaborada con productos de la tierra. Una experiencia completa para los amantes del vino y la gastronomía.